Cómo desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo
Gestionar las emociones en el trabajo es crucial en el mundo incierto en el que vivimos.
La necesidad de innovar, cambiar y relacionarnos con personas diversas nos desafÃa a ser empáticos y comprender tanto nuestro entorno como a nosotros mismos y a los demás. Para tener éxito personal y profesional, es esencial desarrollar la inteligencia emocional.
Esto incluye gestionar nuestras propias emociones y entender las de los demás, especialmente en el entorno laboral.
En este contexto incierto, estamos continuamente desafiados a mejorar nuestras habilidades emocionales.
Como seres sociales, es fundamental crear y mantener conexiones efectivas con otros, lo que requiere una comprensión profunda de las emociones ajenas. Relacionarnos de la mejor manera posible es clave.
Daniel Goleman definió la inteligencia emocional en dos dimensiones: la intrapersonal, que se refiere a cómo nos manejamos a nosotros mismos, y la interpersonal, que se refiere a cómo manejamos las emociones de los demás.
Aquà surge la primera pregunta importante: ¿cómo manejas tus propias emociones y las de los demás?
Para influir positivamente en los demás, primero debes entender y liderar tus propias emociones. Aunque no podemos elegir qué emociones sentimos, sà podemos elegir cómo respondemos a ellas.
Para comenzar, pregúntate:
- ¿Cuánto te conoces? Verifica si tu autopercepción coincide con la opinión de los demás sobre ti.
- ¿Cómo te manejas y controlas? Observa tus acciones y respuestas ante diferentes situaciones, cómodas o no.
- ¿Cuánto conoces a los demás? Entiende sus emociones, fortalezas, sentimientos, necesidades, valores y anhelos.
- ¿Cómo te relacionas y construyes relaciones con ellos? Considera cómo ellos ven su mundo y ajusta tu enfoque en consecuencia.
La educación y nuestras experiencias nos llevan a ser uno de los siguientes tipos de personas:
- Conscientes de sà mismos
- Atrapadas en sus emociones
- Resignadas a sus emociones
¿En cuál de estos grupos te encuentras tú?
Tanto las organizaciones como los individuos necesitan adaptarse y colaborar eficazmente, lo que requiere habilidades emocionales avanzadas. Sin embargo, encontrar personas con estas habilidades es difÃcil porque no las han desarrollado desde pequeños. Por ello, es fundamental trabajar en estas competencias en la edad adulta.
Las demandas actuales y lo que buscan las organizaciones incluyen personas que puedan escuchar y comunicarse de manera efectiva, adaptarse y ser flexibles, y responder creativamente a problemas y frustraciones. Se necesitan profesionales seguros de sà mismos, automotivados y capaces de trabajar en equipo, alcanzar objetivos, liderarse de forma autónoma y liderar a otros. Además, deben tener la capacidad de tomar decisiones y negociar eficazmente.
Ahora vamos al lÃo.
¿Sabes que son las emociones?
Las emociones son una parte fundamental en el ser humano. A través de ellas, expresamos y damos sentido a nuestras experiencias, lo que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea. Esto es lo que nos distingue de los animales.
Las emociones, el cuerpo y el lenguaje están interconectados en un ciclo continuo. Por ejemplo, una experiencia puede provocar un pensamiento que, a su vez, afecta nuestro cuerpo y genera una emoción, o cualquier combinación de estos tres elementos.
Imagina que tienes que presentar un proyecto ante tu equipo.
Puede que sientas un nudo en el estómago (cuerpo), experimentes nervios (emoción) y pienses que no serás capaz de responder a las preguntas (lenguaje). Durante la presentación, si alguien hace un comentario crÃtico, es posible que sientas que tu piel se tense (cuerpo), lo que provoca frustración o defensividad (emoción) y te dificulta encontrar las palabras adecuadas para defender tu propuesta (lenguaje).
Las emociones están presentes en todas las situaciones de nuestra vida y, a menudo, surgen de recuerdos, incluso si no están relacionados con lo que estamos viviendo en el momento.
Pero tienen muchos beneficios como permitir tomar decisiones, ya sea de manera consciente o inconsciente. Por ejemplo, si estás caminando y ves un coche que se acerca, la emoción del miedo se activa para alertarte y evitar que cruces la calle. Sin emociones, serÃa difÃcil interactuar en nuestras actividades cotidianas.
Además, las emociones enriquecen nuestras relaciones con los demás. La tristeza, por ejemplo, nos permite sentir empatÃa, lo que nos ayuda a entender y conectar efectivamente con otros. Sin la experiencia de las emociones, no podrÃamos formar vÃnculos significativos.
Las emociones también nos impulsan a actuar y nos proporcionan la motivación necesaria para alcanzar nuestras metas y enfrentar desafÃos. A través de ellas, podemos conocernos mejor y entender nuestras necesidades, deseos y lÃmites.
El impacto de las emociones en nuestra vida va más allá de cómo pensamos; también afecta nuestra capacidad para procesar información y tomar decisiones racionales. Las emociones influyen en nuestro cuerpo, como en el caso del estrés, que puede manifestarse con un aumento en el ritmo cardÃaco o sudoración. Además, una emoción intensa puede cambiar significativamente nuestro comportamiento.
Ejercicio práctico:
- Pregúntate: ¿Qué estás sintiendo? ¿Por qué sientes eso? ¿Qué te están tratando de comunicar tus emociones?
- Cuanto más comprendas tus propias emociones, más fácil te será gestionarlas y liderar a los demás. En el entorno laboral, la inteligencia emocional es muy valorada, ya que facilita el trabajo en equipo, la resolución de conflictos y la toma de decisiones informadas.
Es esencial entender los mensajes que nos transmiten las emociones y responder de manera que nos ayude a alcanzar nuestras metas. Las emociones básicas se pueden agrupar en dos ejes:
AlegrÃa y tristeza, que están relacionadas con el logro. La alegrÃa nos pregunta qué queremos lograr o qué hemos conseguido. En cambio, la tristeza nos lleva a reflexionar sobre lo que hemos perdido o lo que estamos a punto de perder.
Miedo y enfado, que están relacionados con la amenaza. El miedo surge cuando nos sentimos amenazados por algo que está fuera de nuestro control, ya sea una persona o una situación. Por otro lado, el enfado puede aparecer cuando sentimos que algo que consideramos inferior a nosotros está poniendo en riesgo nuestro control, como puede suceder en interacciones con un jefe o un compañero. A menudo, detrás del enfado también hay un miedo subyacente. (Esto es lo encontramos en la mayorÃa de los casos).
Es importante reconocer que algunas emociones son socialmente aceptadas y otras no, pero esto se debe a que muchas veces no sabemos cómo manejarlas. Por ejemplo, el enfado puede ayudarnos a establecer lÃmites, pero gritar no es una solución efectiva. La clave está en comunicar nuestras emociones de manera asertiva y elegante.
Todas las emociones tienen una intención positiva; no existen emociones inherentemente buenas o malas. Cada emoción trae consigo un mensaje valioso:
- AlegrÃa: Nos motiva a disfrutar de la vida y a apreciar los momentos positivos.
- Tristeza: Nos ayuda a aceptar, crecer, sanar y a ser empáticos.
- Miedo: Nos alerta y nos enseña a ser cautelosos, ayudándonos a identificar peligros y protegernos de situaciones amenazantes.
- Enfado: Nos impulsa a establecer lÃmites con otras personas o situaciones.
Es fundamental reconocer nuestras emociones básicas: alegrÃa, tristeza, miedo y enfado. Sin embargo, nuestro espectro emocional es mucho más amplio e incluye sentimientos como felicidad, satisfacción, angustia, sorpresa, vergüenza y disgusto.
Ejercicio práctico: Tómate un momento para reflexionar y anotar lo siguiente:
- Qué emociones sientes en tu dÃa a dÃa: Escribe las emociones que experimentas regularmente.
- Cómo lo identifica tu cuerpo: ¿Sientes tu cuerpo pesado? ¿Se te frunce el ceño?
- Qué pensamientos te aparecen: Anota los pensamientos que surgen cuando sientes esas emociones.
Explora patrones:
- ¿Siempre sientes lo mismo al interactuar con ciertas personas o al enfrentar tareas especÃficas?
- ¿Qué grado de intensidad sientes (alto, medio o bajo) y cómo te comportas?
Recuerda dejar espacio y tiempo para sentir tus emociones. No evites ni reprimas lo que sientes, ya que esto puede llevarte a una explosión emocional o a un colapso. Es importante permitirte experimentar tus emociones plenamente para poder gestionarlas de manera saludable.
La inteligencia intrapersonal, según Daniel Goleman, es la habilidad de conectar con nuestros propios sentimientos, diferenciarlos y utilizar ese entendimiento para guiar nuestras acciones. Esta capacidad es fundamental para el autoconocimiento y la gestión de nuestras emociones.
¿Qué es el autoconocimiento? Es una habilidad que nos ayuda en nuestro desarrollo personal y profesional. A través del autoconocimiento, podemos establecer objetivos claros para nuestro crecimiento. Entender nuestros valores, fortalezas y debilidades es clave para alcanzar nuestras metas.
¿Qué es la autoconciencia emocional? Esta habilidad nos permite reconocer, expresar y comprender nuestras emociones, asà como identificar sus causas. Cuanto más sepamos sobre nuestras emociones y cómo reaccionamos ante ellas, mejor podremos utilizarlas a nuestro favor.
Ejercicio práctico: Escribe sobre un tema que te interese y anota cómo te hace sentir. Además, hazte preguntas de introspección para profundizar en tu reflexión.
Personalmente, prefiero hablar de gestión emocional en lugar de autorregulación emocional, que se refiere al control que tenemos sobre nuestras emociones. Es crucial aceptar y comprender nuestras emociones; cuando somos capaces de reconocer y aceptar lo que sentimos, podemos responsabilizarnos por nuestras acciones.
La autorreflexión nos permite analizar nuestras emociones, cómo impactan en nuestro cuerpo y qué mensajes nos transmiten. Las personas con alta inteligencia emocional pueden elegir sus reacciones y pensar antes de actuar, y este deberÃa ser tu objetivo profesional.
La inteligencia interpersonal, según Goleman, es la capacidad de comprender y responder adecuadamente a los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones y deseos de otras personas. En el ámbito empresarial, esto se traduce en la habilidad para entender a los demás en aspectos como sus motivaciones, métodos de trabajo y la mejor manera de colaborar con ellos.
Esta inteligencia se centra en desarrollar la conciencia social y, en particular, la empatÃa. Para relacionarnos eficazmente con los demás y manejar sus emociones, es esencial desarrollar el autocontrol y la empatÃa. Estas habilidades emocionales son la base de las aptitudes sociales que garantizan la eficacia en las relaciones.
La inteligencia interpersonal se divide en cuatro habilidades principales: liderazgo, establecer y mantener relaciones, capacidad para manejar y resolver conflictos, y la capacidad de entender y gestionar dinámicas sociales complejas. Es decir, profundizar y conocer más el mundo interno de la persona con la que interactuamos.
Para desarrollar estas habilidades, es crucial trabajar en la comunicación efectiva, la empatÃa y la capacidad de influencia.
Pero el primer paso es conocerte a ti mismo, tanto a nivel individual como en el rol de lÃder.
Estrategias para mejorar la inteligencia interpersonal.
- Es fundamental conocer a cada miembro del equipo, entender sus comportamientos, reacciones, estilos de trabajo y comunicación, asà como sus valores y deseos. Esto se puede lograr a través de conversaciones directas y evaluaciones conjuntas.
- Crear y mantener relaciones sólidas requiere tiempo y esfuerzo. Preguntar y escuchar activamente a los demás ayuda a construir una comprensión profunda y significativa.
- Capacitarse en la resolución de conflictos y mejorar las habilidades comunicativas es esencial. Esto incluye aprender a enfrentar conversaciones difÃciles y aprender a comunicar de forma asertiva.
- Esta es la más importante, desarrollar la habilidad de leer las emociones de las personas y responder adecuadamente es clave para una interacción social efectiva. Dedicarse a escuchar y entender las necesidades y emociones de los miembros del equipo es fundamental.
Para desarrollar y mantener relaciones interpersonales, es crucial tener habilidades de comunicación efectiva. La base de una buena relación es la comunicación clara. Ser buenos comunicadores significa transmitir nuestros mensajes de manera que los demás los comprendan tal como necesitamos.
Ejercicio práctico:
Un ejercicio interesante para demostrar cómo las interpretaciones pueden variar es preguntar a varias personas qué significa la palabra «casa». Las respuestas pueden ser muy diversas, desde «el lugar donde crecû hasta «un refugio seguro» o «una inversión inmobiliaria».
Además de las palabras, las emociones se comunican principalmente a través de canales no verbales. Según Goleman, más del 90% de los mensajes emocionales se transmiten de manera no verbal, como la inflexión de la voz, los gestos y las expresiones faciales.
Técnicas para mejorar la comunicación.
- Asegúrate de que tus objetivos estén claros tanto para ti como para tus interlocutores.
- Pregunta y repregunta para confirmar que tu mensaje se ha entendido correctamente.
- Observa las reacciones no verbales de tus interlocutores, como expresiones faciales y lenguaje corporal, para comprender mejor sus emociones y pensamientos.
- Realiza ejercicios para entender las diferentes interpretaciones y emociones de las palabras.
EmpatÃa, capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprendiendo sus emociones y perspectivas sin juzgar ni intentar resolver sus problemas. Aquà esta la clave, ser empatico, no se significa que harÃa yo en esa situación, tu no eres esas personas y no tienes la misma situación, ni los mimos recursos que esa persona.
Cuanto más conscientes seas de tus propias emociones, mayor será nuestra capacidad para reconocer y comprender las emociones de los demás.
Técnicas para desarrollar la empatÃa
- Tomar conciencia de la presencia y emocionalidad del otro.
- Escuchar no solo lo que dice, sino cómo lo dice.
- Analizar las expresiones faciales, movimientos y postura.
- Preguntar directamente sobre los sentimientos y preocupaciones de la persona.
- Entender lo que le sucede al otro sin proyectar nuestras propias emociones en su situación.
En el ámbito laboral, esto ayuda a entender las necesidades de clientes, jefes y colegas, facilitando relaciones más efectivas y productivas.
Para trabajar eficazmente con otras personas, además de la empatÃa, es fundamental desarrollar la capacidad de influencia.
La influencia se refiere a ejercer poder de manera intencional y positiva, beneficiando a todas las partes involucradas.
Influir positivamente implica obtener resultados que satisfagan las necesidades del entorno. Para que sea una influencia efectiva, es importante generar confianza, las personas tienden a seguir a quienes confÃan y con quienes se sienten colectivamente involucradas.
Para influir efectivamente, es necesario conocer y conectar con las personas o grupos en los que se quiere influir.
Estrategias para crear Redes de Influencia
· Networking: Establecer y mantener relaciones con personas clave en diversas plataformas como redes sociales, conferencias y organizaciones. La confianza transferida a través de recomendaciones de personas confiables puede ser fundamental para establecer nuevas conexiones.
· Construcción de confianza: Desarrollar relaciones basadas en la confianza mutua, utilizando las recomendaciones de personas confiables para establecer nuevas conexiones.
· Atención genuina: Prestar atención genuina a las necesidades y emociones de los demás.
· Comunicación clara: Asegurarse de que el mensaje que comunicas es comprendido correctamente y claro.
· Confianza en uno mismo: Mostrar confianza en uno mismo y en la situación para influir efectivamente.
A través influir positivamente es una combinación de estrategia, empatÃa y comunicación efectiva, fundamentada en relaciones de confianza y respeto mutuo. Esto se contagia, el contagio emocional es un fenómeno natural y omnipresente en las interacciones humanas. Nuestro estado de ánimo influye en el de los demás y viceversa. Es una herramienta poderosa para mejorar el ambiente laboral y la productividad.
En un entorno laboral, por ejemplo, el estado de ánimo de una lÃder afecta significativa en el equipo. Si un jefe llega a la oficina de mal humor, es probable que esa negatividad se propague entre los empleados, afectando su productividad y moral.
Manejar conflictos con Inteligencia emocional
Los conflictos son inevitables debido a nuestras diferencias en intereses, expectativas e interpretaciones. Las personas con alta inteligencia emocional son capaces de manejar situaciones tensas y personas difÃciles con diplomacia y tacto.
Para resolver conflictos con inteligencia emocional, primero piensa: ¿cómo te sientes con los conflictos? ¿Te ponen tenso? ¿Prefieres evitarlos o enfrentarlos rápidamente?
Cada persona tiene una forma distinta de manejar los conflictos, como:
- Evitar el conflicto.
- Priorizar las necesidades de otros sobre las propias.
- Imponer las propias necesidades sobre las de los demás.
- Buscar un acuerdo donde ambas partes ganan y pierden algo.
- Encontrar una solución que satisfaga las necesidades de ambas partes.
Decide cuál prefieres para ti y para la empresa en la que trabajas.
Las personas con alta inteligencia emocional conectan fácilmente con los demás, comprendiendo sus reacciones y sentimientos, y tienen la capacidad de liderar, organizar y resolver conflictos, lo que los convierte en lÃderes naturales.
Numerosos estudios han demostrado que mejorar nuestra inteligencia emocional (IE) está estrechamente relacionado con un mejor liderazgo y con resultados superiores en los equipos y organizaciones que lideramos. Se ha comprobado que los ejecutivos con alta IE son más efectivos a todos los niveles, y que las empresas que ofrecen capacitaciones en IE ven mejoras significativas en la toma de decisiones, productividad, ventas y atención al cliente.
Las emociones son cruciales porque nos indican dónde concentrar nuestra atención y cómo actuar, funcionando como advertencias y señales importantes. Un lÃder debe reconocer y gestionar sus propias emociones para poder contagiar entusiasmo y motivar a su equipo hacia objetivos comunes. El liderazgo no consiste en controlar a los demás, sino en persuadirlos para colaborar en la consecución de un objetivo compartido.
«El mayor descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede cambiar su vida al cambiar su actitud mental.» — William James
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